Cine de Gansteres. Historia

La temática del crimen organizado ya se había tratado en el cine antes de la primera guerra mundial, pero en la época del cine mudo quizás la película de gánster más importante es La ley del Hampa (1927), de Josef von Sternberg.

La época dorada del cine de gánsteres, con más de 200 nuevas películas, se sitúa entre 1929 y 1934 (fecha de la llegada del Código Hays), y existen tres obras consideradas las más destacadas: Little Caesar (1930), de Mervyn LeRoy, con Edward G. Robinson como Cesare Enrico Bandello, un gangster italiano en Chicago; El enemigo público (1931), de William A. Wellman, con James Cagney como Tom Powers, un gangster irlandés; y Scarface, el terror del hampa (1932), con Paul Muni como Tony Camonte, otro gangster italiano, de Howard Hawks.
 
Los productores vieron de buen grado la aprobación del Código Hays (un código de censura autoimpuesto) y la presión conjunta provocó que en 1934 al cine de gangsters le bajara la temperatura, mientras que comenzó el interés por las películas de guardianes del orden. La "Ley Seca" había sido abolida en 1933 y el gangster contrabandista de licor se convirtió en una estampa del pasado. De esta manera, los estandartes del género, Cagney y Robinson, se pasaron al otro bando, uno convirtiéndose en agente del FBI para G-Men (La patrulla implacable, 1935) y el otro en detective de policía infiltrado entre hampones en Bullets or Ballots (Votos o balas, 1936).
Promediando la década, la productora Warner (que poseía bajo contrato a Cagney, Robinson y al duro Humphrey Bogart) reincidió con las historias de gangsters, produciendo dos influyentes joyas del cine: Angels With Dirty Faces (Ángeles con caras sucias, 1938) y  (The roaring twenties, 1939)
Para la época de The roaring twenties, la II Guerra Mundial preanunciaba un cambio radical de paradigma. Las películas ya nos venían mostrando al gangster como dinosaurio viviente que vivía en un perdido mundo ilusorio. The Petrified Forest (El bosque petrificado, 1936) y Dead End (Punto muerto, 1937) dieron esa imagen del gangster (Humphrey Bogart). En The Last Gangster (El último bandido, 1937), Edward G. Robinson encarnaba a un ex zar del crimen que, después de diez años a la sombra, tenía que adaptarse a los nuevos y cambiantes años 30.
Estos nuevos filmes enfocaban el asunto desde una óptica menos sensacionalista, menos violenta y, tal vez, más romántica. Las resoluciones también eran más optimistas Sin embargo, eran películas de ocaso, de choque entre el pasado reciente y los nuevos tiempos. La II Guerra no solo sepultó a esta segunda saga de filmes de gangsters, sino que generó el perfecto escenario de desarrollo de un nuevo género, el Film-Noir, que intentó mostrar con más agudeza esa "otra cara" del Sueño Americano.
  
El paso de los años siguió trayendo grandes obras al género y nos dió a conocer a diferentes tipos duros, gangsters que dependiendo de sus nacionalidades actuaban de una manera u otra, Irlandeses, Británicos, Cubanos, Negros, Puertorriqueños, Jamaicanos… y por supuesto las legendarias Triadas Chinas. Lositalianos fueron de los primeros en ser retratados en este tipo de cine, en concreto los inmigrantes italo-americanos que marcharon  en busca de fortuna a los Estados Unidos a principio del siglo pasado, con un gran concepto de la familia y la lealtad, trabajadores incansables, pero también asesinos implacables.

Triadas chinas

Datos personales

Trabajo TIE. Samuel Moreno y Consolación López