El terror clásico
El cine de terror nació junto con el mismo cine: los Hermanos Lumière grabaron en 1896 la cinta "L'arrivée d'un train à La Ciotat" (La llegada del tren). En esta película, como su nombre indica, únicamente se mostraba la llegada de un tren; sólo que, dado que el cine era un invento desconocido para la mayoría de los espectadores, éstos creían que el tren se iba a salir literalmente de la pantalla para arrollarlos; los primeros espectadores de la cinta gritaban y escapaban de la sala aterrorizados.
Pero la primera película deliberada de terror fue realizada en 1910 por J. Searle Dawley, para los Edison Studios se trató de la primera adaptación del mito de Frankenstein. En esta época del cine mudo aparecieron otras películas que aun hoy ponen los pelos de punta, como El Golem (Paul Wegener, 1915), o El fantasma de la ópera (Rupert Julian, 1925).
El siglo XX conoció, pues, desde muy pronto excelentes cultivadores del miedo. Quizá el director más importante de esta primera época sea el alemán F. W. Murnau (1889-1931), responsable de la lóbrega y expresionista Nosferatu, el vampiro (1922), película basada en el Drácula de Bram Stoker. (Dentro del cine expresionista. El famoso vampiro transilvano ha conocido decenas de versiones a lo largo del siglo XX. Son destacables la neogótica (basada en Murnau: como en la película de éste, los dientes largos del vampiro no son los colmillos, sino los incisivos) Nosferatu, vampiro de la noche, a cargo del alemán Werner Herzog (1979), y la espectacular puesta en escena de la película Drácula de Bram Stoker (1992) del norteamericano Francis Ford Coppola.
En los años 1930 dominó el cine de monstruos. Se produjeron obras maestras del género como Drácula (de T. Browning, 1931), El doctor Frankenstein (de James Whale, 1931), La momia (de K. Freund, 1932), La parada de los monstruos (de Tod Browning, 1932) y la muy alabada King Kong (de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933).
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King Kong |
Años 50 y 60
Si se habla de cine de terror, no se puede pasar por alto a la productora británica Hammer, que a lo largo de los años 50, 60 y 70 desencadenó una avalancha de películas del género, algunas de gran calidad, como La maldición de Frankenstein (1957), Drácula (1958) y La Momia (1959). Su director estrella fue el inglés Terence Fisher.
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Escena de la ducha en Psicosis |
A principios de la década de los sesenta se realizan dos importantes adaptaciones de novelas: Suspense (The innocents) de J. Clayton (sobre Otra vuelta de tuerca de Henry James) y The haunting. La mansión encantada de R. Wise (a partir de The haunting of Hill House de Sh. Jackson).
Cine de la Guerra Fría
